La sombra de Joseph Blatter, miembro distinguido del Comité Olímpico Internacional y presidente dimitido de la FIFA, estuvo presente ayer en la comisión ejecutiva del COI, cuyo presidente Thomas Bach dijo que las reformas anunciadas por el organismo futbolístico tras el escándalo de corrupción que le afecta desde hace dos semanas, “son dolorosas pero necesarias”.

“Sabemos, por experiencia propia, que poner todo encima de la mesa puede ser necesario, pero absolutamente necesario. Lo hemos visto en nuestra historia. Solo así el COI recuperó su credibilidad”, declaró Bach ante la prensa al término de una reunión de la comisión ejecutiva celebrada en la sede del movimiento olímpico en Lausana (Suiza).

Bach se refería al escándalo que sacudió al COI al destaparse la compra de votos durante el proceso de nominación de Salt Lake City (Estados Unidos) para albergar los Juegos Olímpicos de Invierno en 2002, un caso similar al estallado tras la decisión de la FIFA de designar a Rusia y Catar como sedes de los mundiales de 2018 y 2022. El patrón del movimiento olímpico precisó que ambos casos son incomparables, al menos en cuanto a “dimensión”, por la importancia de uno y otro evento en el mundo.

Bach, presente hace una semana en la inauguración del congreso de la FIFA en Zúrich, insistió en la necesidad de dar a estos organismos una mayor “transparencia”. Agregó que se debe alentar a la FIFA “a continuar las reformas que se han iniciado”.